—Capítulo
1—
Dicen que tener a la persona amada
entre tus brazos es la mejor sensación de la vida, y lo es, pero no cuando a
quien amas, ama a alguien más
Esa es la historia de muchas personas
aquí en la faz de la Tierra, entre ellas, una muy especial.
Park Yoochun, quien en su historia de
amor no tuvo un final triste, pero tampoco fue feliz, quizá lo hubiese sido si
no se hubiera enamorado de un imposible, de aquel ángel de inigualable belleza
que se encargó de lastimarlo tanto y tanto, de Kim Jaejoong, su alma gemela,
quien no estaba destinado a ser de él.
No sé cuándo, y en donde
comenzó a ser amor.
En algún momento, me perdí
y me teñí de ti
Yoochun
Cuando empezó a ser amor, ni yo mismo
lo sé, enamorarse de alguien quien ya tiene ocupado su corazón, es una vil
maldición, ¿Por qué te amo tanto Jaejoong-ah, sí cada vez que te veo me
lastimas más?
—Yoochunnie, hoy vi de nuevo a
Changmin, le dije que saliéramos a tomar un café. Y sabes lo que hizo, me
rechazo como siempre—.
‘Changmin’ esa era la palabra que más
odiaba que saliera de la boca de Jaejoong, ¿acaso no veía que me rompía cada
vez que lo nombraba?
—Jaejoong-ah, ya deberías dejarlo por
tu bien, solo te estás haciendo daño, olvida de una vez por todas a Shim
Changmin—.
Lo último sonó como una orden, ya mis
sentimientos hacía él eran más que evidentes, pero él estaba ciego de amor por
otra persona y no era capaz de escuchar los sonidos de mi corazón desesperado.
Ahora, lo que necesito eres solo tú
¿No lo oyes,
a mi corazón, que el resto
del mundo conoce?
—Tu no lo entiendes Chunnie, no lo
entiendes porque jamás has estado enamorado de una persona, así como yo lo
estoy de Changmin—.
Así fue como cayó otro pedazo de mi
alma, te equivocas Jaejoongie, si he estado enamorado, pero jamás he sido
correspondido.
—Lo siento Jaejoong-ah, por no saber lo
que se siente amar a alguien, de verdad lo siento—.
Fui despacio a abrazarlo, sentir su
calor, su aroma, su esencia, dolía tanto. Mis lágrimas ahora caían mezclándose
con las suyas, cada vez siento que estoy más roto.
—Soy un tonto, no valgo nada. Soy solo
un estúpido del cual se pueden burlar las veces que quieran—
No soporte que se siguiera maltratando
así.
Callé sus horribles palabras con mis
labios.
—Jaejoongie, no digas eso, tu eres
alguien que vale mucho—.
—Demuéstramelo Chun-ah, tómame aquí
mismo, hazme el amor, por favor, lo necesito tanto—.
Sabía que si aceptaba terminaría más
humillado y con el corazón un poco más muerto, pero de todas maneras esta no
sería la primera vez, ni tampoco la última.
Incluso si nos fijamos en otros lugares
Incluso si dices que esto no es amor,
está bien.
Jaejoong fue quien me rescato cuando la
noche se veía más oscura para mí.
Era aún más joven, tenía 17 años, y mis
padres al no poder costearme los gastos de la Universidad me obligaron a
mudarme y buscar empleo por las solitarias calles de Seúl. Estaba solo, cansado
y hambriento, eran las 8 de la noche y no había conseguido absolutamente nada.
Escuche que en los bares daban trabajo a los menores de edad, así que me
aventure a ir.
Yo creo que fue el destino
encontrármelo a él, en el primer bar al que fui.
Caminé sigilosamente y tropecé con un
bulto negro, lo ignore y seguí caminando, hasta que escuché al bulto quejarse.
Caí en cuenta que no era un bulto, era
una persona, una persona sumamente borracha.
“Changmin no te vayas, no me dejes por
favor”
Desde el día que lo conocí ese nombre
es lo único que sabe decir, qué significa Park Yoochun para él, quizás nada.
Busque en su saco su cartera para ver
su dirección, y con el poco dinero que me quedaba tome un taxi para llevarlo a
su casa.
Vaya sorpresa que me lleve al llegar a
su departamento, era increíble, parecía que ese chico era alguien proveniente
de una familia adinerada y vaya que no me equivoque.
Saque cada una de las prendas que
llevaba encima, revelando su pálido y bien formado cuerpo, me sonroje
sorpresivamente. Él estaba ardiendo en fiebre así que puse paños húmedos en
todo su cuerpo.
Las palabras que no se pueden escuchar
Te amo, voy a mirarte solo a ti.
Porque ahora este habito de llamarte,
me hace vivir.
Lo lleve entre besos y abrazos a su
alcoba, comencé a desvestirlo lentamente mientras dibujaba sus abdominales con
mis labios. Sus débiles gemidos eran la mejor música que podría escuchar.
—Muchas gracias por todo Chunnie—.
—Shhh Jaejoong, deja que te consienta
como te lo mereces—.
¿Por qué Park Yoochun hacía esto? Acaso
no era consciente de que Kim Jaejoong no era para él, pero bien dicen que en el
corazón no se manda.
Jaejoong ya estando desnudo miraba
expectante a su compañero de cama, anhelando que continuara con su próximo movimiento.
Porque si no estás aquí,
yo tampoco voy a estar aquí.
No llores más.
“Muchas gracias por traerme a casa.
¿Ahora puedo saber el nombre de mi salvador?”
“Yoochun, Park Yoochun”
“Kim Jaejoong, un gusto conocerte y
nuevamente gracias”
A partir de ahí nos volvimos amigos, le
conté a Jaejoong mi sueño de ser doctor, que había aprobado el examen para entrar
a la Universidad pero que era demasiado cara como para asistir a ella.
Él se ofreció a ayudarme.
Y yo se lo agradezco profundamente,
pero el dolor que ahora él me causa es suficiente recompensa por su ayuda, y no
es para nada un reproche, siempre que me necesite estaré allí para él, siempre,
aún si esto significa sufrimiento para mí.
Al principio no tenía ni idea de cómo
tratarlo, pensé que por su apariencia exterior sería una persona fría y
superficial, pero Jaejoong era todo lo contrario, descubrí en él a alguien que
jamás pensé encontrar: dulce, bondadoso, amable, trabajador, humilde y un
sinfín más.
Su único defecto era que estaba
anonadado por el tal Shim Changmin ese, y ese amor es algo que yo jamás poder
obtener.
Espero que todo el dolor que evitas,
venga a mí en tu lugar.
Porque eso es lo que siempre oraba.
Desde entonces hemos vivido un poco más
de cinco años juntos, estoy tan acostumbrado a su compañía, a su risa dulce por
las mañanas o a sus incontables regaños cuando me llego a saltar alguna comida.
¿Cómo quería la vida que no me enamorara de él? Si todo lo que hace, cada
movimiento, cada respiro, me inspira a amarlo más y más.
¿Qué hago con este corazón idiota que
no sabe entender? ¿Qué hago?
Está bien si mi felicidad
se corta por la mitad.
Si estas a mi lado.
Yoochun se había sacado completamente
su ropa, ahora solo habían dos cuerpos desnudos destinados a consolar sus almas
por una noche, solo una noche.
Jaejoong fue recostado con delicadeza
en las suaves sabanas de seda, mientras Yoochun le depositaba húmedos besos
entregándole algo más que su cuerpo, porque a pesar de que el mayor no lo
amaba, para Yoochun, él era su todo, y estar con él de esa forma era algo más
que mágico.
Cuantas veces habían hecho lo mismo, ni
él mismo lo sabe, lo único que le queda claro es que por Kim Jaejoong daría la
vida misma si se lo pidieran.
Te amo, voy a mirarte solo a ti.
Porque ahora este habito de llamarte,
me hace vivir.
Porque si no estás aquí,
yo tampoco voy a estar aquí.
Quizá si hubiese rechazado a Jaejoongie
ese día que llego borracho, nuestra situación sería diferente, quizá mi corazón
estuviera menos dañado.
“Yoochunnie, acaso valgo tan poco, cómo
para que él me rechace cada vez que me ve”
“Jaejoong-ah, ya no sigas con eso, no
ves que cada vez te lastimas más, solo olvídalo y sigue adelante”
“Tú no entiendes, jamás lo entenderás”
Jaejoong corrió a la cocina, lo seguí
inmediatamente, en su estado no podría planear nada bueno.
“Es hora de acabar con mi patética
vida, de qué sirve vivir si a quien amo no me ama”
Decía mientras apuntaba con el filo del
cuchillo sus níveas manos, planeaba arrancarse las venas.
“Jae, por favor baja eso, te harás
daño”
Trate de sonar lo más calmado posible,
aunque me estaba muriendo del miedo.
“Soy una basura Yoochun, me quiero
morir, ¡Me quiero morir!”
Soltó el cuchillo y lo vi caer,
desmoronándose en el piso, su llanto hacía que mi corazón llorase, quien era el
bastardo que lograba que Kim Jaejoong se derrumbara de esa manera.
Y que hice para callar su llanto,
utilice mis labios, grave error Park Yoochun, grave error.
Aquella noche fue mi primera vez, y
para mi sorpresa la de él también, fue fantástico porque esa vez fue la única
vez que no escuche el nombre de Shim Changmin salir de la boca de Jaejoong
mientras yo le hacía el amor.
No llores más.
Espero que todo el dolor que evitas,
venga a mí en tu lugar.
Porque eso es lo que siempre oraba.
Y como cada vez que Jaejoong era
rechazado por Shim Changmin, él y yo terminábamos enredados en una habitación.
Esta vez no era diferente.
—Si Changminiie, ahí por favor, dame
más, te necesito tanto—.
Eso era lo único que repetía mientras
yo salía y entraba en su cuerpo, aquel que era una maldición que me carcomía
poco a poco.
Pude parar, y decirle que ya no quería
que siguiera usando mi cuerpo, pero ya no podía, de verdad no podía. Algo que
al principio se sentía como tocar las estrellas del cielo, ahora se sentía como
quemarme en el abismo del infierno.
Y lo peor era que me encantaba,
¿masoquista? Quizá un poco, pero por Kim Jaejoong hasta que me quede sin alma,
eso es seguro.
Seguí embistiéndolo lentamente, sabía
que pronto mi amante prestado llegaría a su límite, conocía a plenitud todos
les gestos de su cuerpo, todo él era mío pero sin pertenecerme, dolía tanto y
tanto.
Poco tiempo después se corrió encima de
mí susurrando el nombre de Changmin al final de su clímax. Sentí mi corazón
estallar y mi orgasmo se quedó atorado, en lugar de sentir placer, paso todo lo
contrario. Entonces, por qué estoy tan feliz, soy un idiota.
Un idiota que ama con todo su ser a Kim
Jaejoong
Poco después la persona a mi lado se quedó
dormida, lo arrope con la sabana y le di un casto beso en la frente, mientras
yo me recostaba del otro lado de la cama, mis lágrimas no dejaban de caer, aun
no comprendo porque lo amo tanto.
Está bien si mi felicidad
se corta por la mitad.
Si estas a mi lado.
La mañana siguiente volví a despertar
solo, como siempre, con los restos que me quedaban de la noche anterior, y un
corazón más roto que antes.
—Buenos días Yoochunnie, te prepare el
desayuno—.
Ahí estaba otra vez, cómo podía fingir
tan bien que lo de anoche entre nosotros no pasó.
Quisiera odiarlo, de verdad quisiera,
pero mi corazón no entiende de razones.
—Gracias Jae, no te hubieras
molestado—.
—Tú jamás serás una molestia
Yoochun-ah, sabes que te aprecio mucho—.
Jaejoong siempre me recordaba que lo
único que sentía por mí era aprecio, y eso me mataba tanto, ver cada día su
hermosa sonrisa, escuchar el eco de su voz por toda la casa, sentir el roce de
su piel con la mía. Detesto decirle que lo amo cuando por más que grito, él no
puede escucharlo.
—Gracias—.
Esas lagrimas traicioneras que amenazan
con salir, tengo que mostrarme fuerte para que él así se apoye en mí, aunque el
dolor sea mi fiel compañero por toda la eternidad.
Cuándo será el día que Jaejoong por fin
escuche los sonidos estridentes de mi corazón fallido, sonidos que provoca él
con su dulzura, con la forma que me mira, ¿cuándo?
‘Te amo Jaejoong-ah’
Incluso si me hechas a un lado,
yo te protegeré.
[Words You Can't Hear — Shin Seung Hoon]
N.A: Este es el primer capitulo de este Fanfic, confieso que desde siempre quise escribir un ChunJae de este tipo ;___;
La canción de este capítulo es del Drama 'I Hear Your Voice' aquí la pueden escuchar!
Otro favor, si dejan algún comentario, me podrían recomendar canciones??? Sí?? ;__; Como estoy escribiendo dos Songfics, ya no sé qué canciones poner!
Trataré de actualizar lo más pronto que pueda!
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